10 noviembre 2011


Estábamos en urgencias de La Arrixaca y hablábamos de los policías que allí estaban. De repente, la chica de las botas, que nos oía susurrar, nos mira y en voz alta dice: "Sí, estoy en la cárcel". Ni lo habíamos pensado, pero nos dio mucha pena y entablamos convercación con ella. Dijo que la detuvieron hace unos meses al salir de Mercadona y que tiene condena hasta marzo del año que viene. El caso es que cada uno vamos siempre, a urgencias o a misa, con nuestras propias miserias a cuestas y al final, todos calvos. Ahora, a pesar de lo que me gusta a mi Mercadona, a partir de ahora ni lo piso, no me vayan a detener también; solo me faltaba eso.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En urgencias y en la carcel....
Se puede pedir mas...

Anónimo dijo...

No se puede estar en la cárcel y con miedo.............jejejejejje

Anónimo dijo...

Toda la culpa de esto es de Mercadona,pero para ella es fenomenal,compra gratis,hotel gratis,seguro gratis y con escolta,se puede pedir más?.

Juan Ballester dijo...

Claro que se puede pedir más: tu libertad

Anónimo dijo...

!!!!!JA,JA, JAAAAAAAA!!!!!!