27 abril 2012

Está oscureciendo y entre las nubes aparecen los últimos rayos de sol sobre una bolsa de plástico enganchada sobre una zarza; hace viento, y la bolsa se hincha y desincha rítmicamente como un pulmón, o como si estuviese reclamando una atención. Y hasta con emoción por haberla reconocido y oído, alguien la fotografía salvándola para la eternidad.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

No, para la eternidad no.

Juan Ballester dijo...

ya ya, como tampoco la oí, ni era un pulmón, pero déjate llevar un poco, no seas tan real.

Anónimo dijo...

Tras ambos comentarios, sobre todo el del autor, imagen y palabras quedan descalificadas, vacías. El autor miente. Es mentira el sentimiento, el pensamiento. Puro artificio.

Anónimo dijo...

Buenos días.

Dejemoslo en una eternidad de unos 4oo años y que no haya peleas.

Anónimo dijo...

Preciosa bolsa,una manera de dejar todo lo importante de la vida para centrar lo inutil de esta bolsa.

Anónimo dijo...

No, no, no es que sea real. Por el contrario, te hago esta observación de que no es para la eternidad precisamente porque soy fantasioso. La eternidad es poca cosa. Hay que ir más allá. Siempre más allá.

Juan Ballester dijo...

Ya te entiendo, ya, pero no te diría yo ni que si ni que no...

Anónimo dijo...

El autor no mintió, imaginó.
¡Qué pena que apareciera con sus comentarios! trivializó, trivializaste la idea

Anónimo dijo...

Fatuo, un mentiroso compulsivo.