Un tronco que te mira fijamente, sin pestañear, ahondando en tu resistencia a dejarte comprender y ser descubierto; un tronco sin voz, sin conciencia, sin tiempo, pero que te retrata con el inequívoco descaro de un espejo.
1 comentario:
Celia
dijo...
Hay personas que deberían dejar sus miedos atrás y salir a la luz para dejarse sentir y vivir lo extraordinarias que son. Las demás pueden seguir detrás de sus corazas,asi es más fácil verlas,que no mirarlas...
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Hay personas que deberían dejar sus miedos atrás y salir a la luz para dejarse sentir y vivir lo extraordinarias que son. Las demás pueden seguir detrás de sus corazas,asi es más fácil verlas,que no mirarlas...
Celia.
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