Se llama Rodrigo y tiene cuatro meses. Desde que estaba en el vientre de Ana, su madre, no ha dejado de asistir a clase ni un solo día. Se ponen siempre ambos a cierta distancia del resto de alumnos para no molestar, pero ni madre ni hijo pierden comba. Y dentro de unos años alguien se preguntará: ¿de dónde le vendrá a Rodrigo este sentido de la responsabilidad?
1 comentario:
Ojalá que también herede el espíritu luchador de su madre porque asi podrá con todo, como ella.
Un abrazo a los tres
Carmen
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