13 octubre 2013

Caminaba deprisa con alguien que debía ser un amigo o un compañero del trabajo, llevaba el móvil en la mano y la mirada fija en el suelo. Era mi hermano Paco, al que no suelo ver mucho pese a vivir también en Murcia. Lo observé desde donde estaba pero no lo llamé, seguramente por la prisa que parecían llevar o quizá porque en ese momento yo estaba haciendo unas fotos. Pero ese verlo pasar, tan fugazmente y tan ajeno a mi, se me convirtió como en una distancia del tiempo, como si  los ojos que lo miraban pasar lo hicieran desde un tiempo soñado y demasiado lejano.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Foto con misterioso pudor, texto con alma. Qué importante ese "pero no lo llamé". Y que profundidad en esa "distancia del tiempo". Salud!

Anónimo dijo...

Juan, cada día estoy más enganchado a tu blog. Simbiosis perfecta entre el arte de la fotografía, la palabra (en todas sus vertientes) y en ocasiones hasta el de la música.

Esta entrada me ha llegado.

Gracias por compartir estos momentos únicos, fugaces y tan viscerales o simplemente curiosos.

Un saludo, de un alumno tuyo amante del arte de la farándula.

Anónimo dijo...

Gracias Juan por hacerme "famoso" unas horas.
En la mano llevaba un monedero.
No te vi. Hablábamos de la carrera de motos próxima, somos muy aficionados de Márquez. Luego nos esperaban unas tostadas con aceite. Un paseo y de vuelta a fingir que somos actores del gran teatro del mundo: "el trabajo".