24 noviembre 2013

Frutero con membrillos ayer en casa de mi prima Maricarmen. Los había colocado junto a una ventana dentro de un recipiente de cerámica cartagenera del siglo XIX, y me contó que Manuel Avellaneda estuvo pintando este mismo frutero, también con membrillos. Cuando terminó de pintarlos Manolo le insistió para que se lo regalase. Y, claro, al oír estas cosas te emocionas con el recuerdo del amigo pintor, con el recuerdo de aquellos años en los que el olor a óleo y trementina eran habituales en tu vida. Es verdad que quedan los momentos vividos y quedan, sobre todo, las obras, pero hoy, acaso removido por la contemplación de ese cacharro de cerámica con frutos, lo cambiaría todo por poder verlo de nuevo, o volver a oírlo gritar sus inolvidables y cariñosos tacos y exabruptos. Manolo, Mariví..., ayer os reviví de amarillo junto a esa ventana en El Siscar.

Volver by Andrés Calamaro on Grooveshark

No hay comentarios: