05 mayo 2014

Y lejos de sentirte entristecido, o solitario, cada vez que vuelves a esa casa te sientes acompañado, como acogido. Hace ya más de diez años que Ramón la dejó por última vez, pero su presencia en ella sigue intacta, acaso porque su misma naturalidad continúa en cada rincón y en cada objeto, o quizá porque generosamente supo ahorrarnos de todo drama su existencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Preciosa foto y certera reflexión. M
Gracias Juan. I.V.