31 mayo 2015


Siempre me ha llamado la atención esa gente que tan alegremente y sin complejos muestra orgullosa la raja del culo. Se trata de una especie de desnudez declarada y valiente, sin miedos, casi de un alarde, típico de hombres y mujeres -más de hombres- que son felices y nada ni nadie los condiciona, que se plantan una noche de viernes delante de un helado con tres bolas extragandes y no necesitan a nadie más para ver el cielo, o lo que haga falta. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Una forma de felicidad como otra cualquiera.