20 abril 2016


Durante un buen rato fui caminando detrás de él, a veces, incluso, casi corriendo -se ve que llegaba tarde al instituto-, por lo que si de repente se vuelve y me pilla siguiéndolo y haciéndole fotos habría pensado lo peor. A ver cómo le iba a explicar que lo seguía para analizarlo, para ver cómo se movía y qué podía sacar en claro de su personalidad. Me llamó la atención porque le descubrí una estética bastante común en los jóvenes de hoy y me sirvió, durante un buen rato, como motivo de comparación con la estética que me tocó vestir a mí hace ya bastantes años. Aquella época tan terrible de las inseguridades, de las búsquedas, de la fuerza bruta; aquellos tiempos en los que necesitabas a toda costa sentirte uno más dentro del grupo en el que te había tocado participar.

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