18 octubre 2016


Y de repente todo era como una piel cualquiera, con sus poros, sus pelos, su textura arrugada, sus cambios de temperatura, sus descamaciones y rojeces, su pálpito... Y uno no era más que una pequeña bacteria adherida, un ser minúsculo y flotante que no es de allí, pero allí ha decidido permanecer como un huésped sin destino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.