Alberto D'Óleo, mi amigo Tico, acaba de morir en Santo Domingo (República Dominicana). La muerte de un ser querido nunca es solo de ese ser; conlleva también un poco de muerte para quienes junto a él caminamos un tiempo. Es verdad que nosotros seguimos aquí -y allí-, seguimos buscando nuestra felicidad, como seguimos oyendo a Leonardo Favio, pero también es verdad que hoy estamos un poco más muertos porque estamos más solos y desnudos sin ti -sin él-.
1 comentario:
Buenos días.
Lo siento.
Publicar un comentario