04 febrero 2018

Anocheciendo en la Plaza de Colón, a esa hora en la que el aire de Madrid se vuelve nítido e indiferente, en ese justo momento -del día, del año o de la vida-, en donde uno no distingue muy bien si es la hora de partida, o de llegada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Es la hora...