Está uno tan sensibilizado -por no decir acojonado- con el tema del sacrificio animal que al ver este gato aplastado sobre el asfalto se me han puesto los pelos de punta. Menos mal que finalmente no era un gato, sino un trozo de palmera. Claro que ahora saldrán los defensores de la palmera mediterránea a ponernos a todas -y todos- a parir...
1 comentario:
Buenos días.
Y de los defensores y defensoras del asfalto ¿qué dices?
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