Parecían importarle muy poco la Virgen, como su Romería. Para él en esos momentos solo había miles de seres extraños que gritaban, aplaudían y cantaban al son de una banda de música. Pero en lo más hondo de su instinto, allá donde no existía aún nada extraño, seguía percibiendo los lamidos de su madre y el calor de sus hermanos.
3 comentarios:
Buenos días.
Y algi de susto también parece leerse en su mirada.
susto, o bebido?
Bien visto también podría ser.
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