18 abril 2018

Parecían importarle muy poco la Virgen, como su Romería. Para él en esos momentos solo había miles de seres extraños que gritaban, aplaudían y cantaban al son de una banda de música. Pero en lo más hondo de su instinto, allá donde no existía aún nada extraño, seguía percibiendo los lamidos de su madre y el calor de sus hermanos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Y algi de susto también parece leerse en su mirada.

Juan Ballester dijo...

susto, o bebido?

Anónimo dijo...

Bien visto también podría ser.