26 agosto 2018

Añoro un mundo de libertad y de respeto, una sociedad en la que cada cual pueda opinar y practicar sin que los demás lo juzguen o condenen, un tiempo en el que las ideas solo sean eso, ideas para mejorar el mundo común. Pero me temo que la realidad es demasiado terca, demasiado constante y demasiado cruel. Y cuando hablo de la realidad hablo, indudablemente de MI realidad, del yo permanente, del puto YO.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas tardes.

Hay mucho cerril suelto por ahí.