Añoro un mundo de libertad y de respeto, una sociedad en la que cada cual pueda opinar y practicar sin que los demás lo juzguen o condenen, un tiempo en el que las ideas solo sean eso, ideas para mejorar el mundo común. Pero me temo que la realidad es demasiado terca, demasiado constante y demasiado cruel. Y cuando hablo de la realidad hablo, indudablemente de MI realidad, del yo permanente, del puto YO.
1 comentario:
Buenas tardes.
Hay mucho cerril suelto por ahí.
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