Para Ramón Gaya los temas de sus cuadros eran, casi siempre, una excusa, un simple motivo para ahondar en otras búsquedas, acaso más interiores, o más originales. En este gouache, pintado en 1982, el tema evidente es un paisaje con una balsa y un árbol en flor en primer plano, pero eso, claro, es solo el tema más visible; en realidad lo que hay pintado es una luz y un espacio, un ámbito desde el que el pintor señala lo que cree más importante. Y en este caso, cualquiera diría que las pinceladas del primer plano son torpes, casi informes, pero Gaya lo que está queriéndonos decir con ellas es que, aunque no las "enfoque", su presencia es necesaria para darle un sentido último -hondo- a esa nueva realidad que nos quiere ofrecer.

1 comentario:
Buenos días.
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