13 abril 2020

Tomás Segovia en la playa de Los Urrutias, verano de 1995. Foto: JB

MATINAL

Y sin embargo amo la inmadurez
De esta hora sin lecho
Niña callada y sola que vaga renuente
A sentarse en su silla de presencia
Desocupada esperando que despierte
La seriedad que ha de venir a ensordecerla
Amo su desnudez sin consecuencias
Este frío silencio de agua pura
Donde es tan claro que no nadan voces
Esta frescura impúber
Que me deja husmearla de tan cerca
Sabiendo bien que yo no he de tocarla.

Tomás Segovia
De "Fiel imagen" Ediciones Sin Nombre. 1997.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.

Juan Ballester dijo...

a los dos

Anónimo dijo...

Es verdad, perdona.

Me hh distraído buscando algo que decir sobre ese extraño ¿soneto?

Anónimo dijo...

En realidad le faltan dos versos, además de una rima ortodoxa.