Pasaba por delante y no pude evitar pararme a pensar: ¿Será una performance? ¿formará parte de alguna propuesta de diálogo artístico por parte de algún genio? ¿Qué hago: me lo llevo, me fotografío con él...? Al final, después de fotografiarlo -para contarlo-, seguí mi camino sintiéndome el ser más idiota del mundo por no creer ni en mí mismo, pues buscando a la persona adecuada seguro que podría haberse expuesto en el Museo del Cristo de la Sangre de Murcia (Y vendérselo posteriormente a la Comunidad Autónoma).
1 comentario:
Buenos días.
Pues los platos aún parecen en buen uso.
Publicar un comentario