Solo los que tenemos ya cierta edad y nos criamos en Vistabella, sabemos de El Jumillano, aquel bodeguero, un poco seco, que nos servía en botellas que llevábamos el tipo de vino que nos encargaban nuestros padres. El mío siempre me encargaba un litro de vino tinto, embocado y dulce.
2 comentarios:
Un buen tabernero ha de tener su carácter, si no, la clientela se lo come. El bueno de Pedro era algo seco, sí, pero en sus últimos años, sentado junto a sus eternos barriles -como en la foto- cuando iba por el barrio me sentaba a su lado y hablábamos de cosas de antes y nos reíamos a gusto.
Me recordó una anécdota, cuando yo todavía era un crío, mi padre me encargó que comprase 1 litro de tinto seco, esto último me lo recalcó bien. Cuando llegué al Jumillano de digo a Pedro, enseñándole el casco de vidrio: "Mi padre quiere un litro de tinto seco, pero que sea seco" -le repetí; a lo que el me respondió: "¡Si sabré yo lo que le gusta a tu padre!". Recordando esto, nos reíamos a la par.
Buenas tardes a los dos.
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