Solo quienes pasamos nuestra infancia fundidos con la naturaleza del Mar Menor -hace ya muchos, demasiados años-, sabemos lo que representaba El Carmolí, esa pequeña montaña que, con forma de pecho femenino, se convirtió en el destino más cercano y plausible para nuestros sueños de identidad.
1 comentario:
Buenos días.
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