Al día siguiente de fotografiar al párroco de San Bartolomé, iba caminando por la huerta y en la puerta de una casa me encontré a un señor que vendía naranjas. Tomé la imagen. Sin embargo, a coincidencia del ángulo, de la composición, del lenguaje fotográfico..., casi del mismo tema, me hicieron reflexionar sobre qué es lo que busco cuando disparo mi cámara y creo haber encontrado algo. Acaso se trate de una forma cualquiera de llenar mi propio vacío.
1 comentario:
Buenos días a los dos.
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