15 abril 2025

Antonio mirándome mientras ocupa su puesto de trabajo como pedigüeño en la puerta de la iglesia de Santa Catalina. Si no son, como mínimo, treinta años pidiendo limosna, pocos le faltarán, pues lo recuerdo perfectamente con cara de niño. Creo que no existe en el mundo trabajo más estable que ese. Vamos, que como si fuera un funcionario más, hasta dispone de su media hora para el desayuno o las compras más urgentes.
 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días a los dos.