Finalmente, buena parte de la obra de José Luis Galindo vio la luz. Vinieron después ciertos ecos sociales, una goteante presencia en los medios públicos de su municipio, un último acto de reafirmacion con palabras emotivas, cargadas de fe, esperanza y hasta caridad, pero, porque así estaba escrito, las puertas del Palacio en pocas horas se abrirán para que esta obra -esta vida, esta pasión, estos sueños, esta búsqueda...- inicie su vuelta al rincón que desde hace años la cobija. Lo que tenía que decir, ya está susurrado y lanzado al aire. Ahora, sola, callada y a oscuras queda otra vez, a la espera de su tiempo o de nuevos oídos que la escuchen y estén dispuestos a contarla.
1 comentario:
Buenas tardes a los cinco.
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