Queridos amigos de Murciaútil: ya han pasado más de veinte años desde que comence a publicar en este blog y, realmente, es algo que considero como mi casa, pero creo que ha llegado el momento de terminar. Por aquí he tenido comunicación con muchisimas personas, sobre todo en sus primeros años y cuando el resto de redes sociales aún no habían llegado a nuestro horizonte. El caso es que ya están aquí, para lo bueno y lo malo, así que, con todo el dolor de mi corazón, a partir de este momento dejo de publicar en Murciaútil. Seguiré haciendolo en Facebook (Juan José Ballester Pérez) y en Instagram (@jjballester52). 

A los pocos que aún me seguíais, muchas gracias por vuestro apoyo. Hasta siempre.

Juan

Acababan de anunciar el nombramiento del nuevo Papa, o sea, acababan de confirmar que todo sigue igual, aunque no sea lo mismo.

 

Retrato de Antonio Ballester Les Ventes en su estudio de Vistabella. Y cuando digo retrato, sé lo que digo.
 

 ¿Seré un creador y aún no me he dado cuenta? De momento, Juan, no lo eres. Aparte de esta obra, para ser reconocido, tienes que estar asociado a una galería chic, exponer en el extranjero -principalmente en EEUU-, y, sobre todo. crearte un relato, entre filosófico y buenas noches, que justifique tu posicionamiento psicológico/social.

 Y a dos palmos del mensaje anterior, se encuentra éste. Por cierto, un mensaje que me ha intrigado por los cinco puntos que hay entre la palabra golfería y la de policía. En los años setenta, los delincuentes se tatuaban esos puntos en la parte externa de su mano entre los dedos pulgar e índice. Se trataba de que fuesen vistos por el policía que les tomaba las impresiónes dactilares al reseñarlo y significaba: odio eterno a la policía. Ahora los que no se tatúan son los delincuentes, pero ese odio eterno parece que sigue circulando.

 ¿Por qué vuelvo a sentir en chapoteo del agua de esta fuente?

 Creo que es la frase más humanitaria y humanistica que he leído en mi vida. ¡Que vivan!