07 abril 2013

Lino y Paco, mis dos compañeros de piso en Madrid cuando en el año 1973 los tres, con veinte o veintiún años recién cumplidos, nos disponíamos a emprender nuestras respectivas carreras policiales. El viernes pasado nos juntábamos los tres de nuevo, después de muchísimos años, para ponernos al día entre nosotros y para rememorar aquellos momentos. Y es curioso cómo, a pesar del tiempo pasado, los tres manteníamos la misma actitud de siempre: Lino -a la izquierda-, a pesar de su delicada salud, con sus bromas y su alegría de siempre. Paco, cómo no, discreto, seguro, contenido, afable. Y yo..., yo no sé cómo estuve, pero me encantó ese paréntesis que vivimos los tres, ese tiempo de ahora que empleamos para enlazarlo con aquel de entonces, ese eterno reconocimiento fraterno de la amistad, ese vértigo agridulce de haber vivido y poder contarlo, a pesar de la "trompa" de agua que caía.

No hay comentarios: