Qal’eh-ye
Now
Fotografías de Jesús Martínez
Lo
conocí hace dos años, durante un curso que impartí en la universidad de Murcia
sobre fotografía forense. Recuerdo que siempre estaba solo y se sentaba en un
extremo y al fondo del aula. Era un alumno callado pero muy atento, contenido,
de esos en los que rápidamente se les adivina el sentido común y demuestran una
evidente seguridad y una presencia. La verdad es que nunca supe muy bien qué
buscaba en esas clases, porque sus conocimientos teóricos y técnicos eran muy
superiores a los que se iban a impartir en el mismo. Poco a poco el curso fue
avanzando y los ratos de convivencia entre clases me hicieron descubrir su lado
más humano, menos rígido y formal. Ahora, delante de unos cafés, ya no era tan
callado; ahora, cuando hablaba de fotografía, se le adivinaba un brillo
especial en los ojos y una pasión en sus palabras. Estaba claro, Jesús era uno
de los nuestros, una de esas personas que vemos y entendemos el mundo, sobre
todo, a través de la imagen. Y claro, con el tiempo también pude comprobar que
su supuesto interés por el lado forense de la imagen era realmente
circunstancial, anecdótico.
Un
día, antes de que finalizase el curso, se trajo a clase algunos de sus trabajos
fotográficos para que los viésemos. Aparte de unas imágenes más comerciales,
nos estuvo enseñando algunas de las fotografías realizadas durante los seis
meses que duró una de sus últimas misiones como Guardia Civil, concretamente en
la base española en Qal’eh-ye Now, en la provincia de Baghdis (Afganistán),
haciendo en este tiempo trabajos de monitorización de la policía afgana y otras
labores de seguridad, pero también dedicándose a registrar con su cámara todo
lo que veía y le interesaba.
Debo
reconocer que, desde un primer momento, todas aquellas imágenes me impactaron
muchísimo, aún a pesar de lo poco que me han interesado siempre las imágenes en
color. Y sí, es verdad que también se trataba de un lugar exótico –con los
peligros que encierran siempre este tipo de sitios y de costumbres para el ojo
menos avisado-, pero increíblemente sus fotografías no habían caído en el lugar
común, ni en la anécdota. Se veían paisajes desconocidos, climas extremos,
gentes rudas, situaciones medievales, miradas lejanas…, como se veían escenas y
escenarios de la cruda realidad de estos países del Oriente Medio, pero, por
encima de todas ellas, del color, del lugar, de la situación o de la cultura,
lo que también se percibía sobrevolando por encima de todo era la humanidad y
la poesía que encerraban. Una humanidad y un sentido poético, claro, que
procedía, no tanto del producto de aquella mirada –las fotos mismas-, como de
la propia mirada del fotógrafo.
Otra
cosa que me resultaba curiosa de esta colección era que algunas de las
fotografías presentaban encuadres forzados, planos cortados, deformaciones
angulares…, y, sin embargo, tampoco me importaba. Estaba claro, todos esos
“fallos” técnicos en la ortodoxia compositiva de una imagen estaban
justificados, eran el resultado evidente de una improvisación, de una espontaneidad,
de una falta de tiempo para escoger el ángulo o el momento más adecuado. Si,
por ejemplo, le interesaba una mirada de alguien, ésta era el objetivo
primordial, que no se perdiera, que nada le impidiera retener aquel instante
suyo e irrepetible. Pero claro, se trataba de hacer fotografías durante una
misión militar en uno de los lugares más peligrosos del mundo, por lo que todo
debía ser instantáneo y casi improvisado, por pura supervivencia, por obligada
seguridad. Y, sin embargo, todos estos inconvenientes técnicos, finalmente
resultaban trascendidos, superados por la atenta, sensible y poética mirada del
fotógrafo.
Creo
sinceramente que, con esta pequeña pero intensa colección de fotografías, Jesús
Martínez nos lleva a plantearnos el sentido último de la imagen, ¿belleza o
vida?: Qué duda cabe, solo vida, porque la belleza sin alma, entretiene, pero
no alimenta.
Septiembre
de 2016
Juan
Ballester
4 comentarios:
Buenos días.
Si las fotos están colgadas varios días, me acercaré a verlas.
Estarán hasta mediados de noviembre, gracias
Entonces sin dura la veré.
Gracias por la información.
Sin duda quería decir.
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