


Hace ya algunos veranos (3 ó 4), un adolescente que iba en bicicleta junto a sus amigos por este cruce, cerca de Los Urrutias, fue atropellado por un vehículo que circulaba a gran velocidad. Desde aquel momento esta señal de tráfico, testigo de su muerte, se encuentra vestida con ramos de flores secas. Al pasar junto a ella hace unos días pude ver que tenía también una nota escrita. Sentí necesidad de leer lo que ponía.
"... que no te olvidan, que no te olvidan, que no te olvidan ..."
"... que no te olvidan, que no te olvidan, que no te olvidan ..."
6 comentarios:
No se olvida, no se olvida, no se olvida a quien has querido.
Y mientras no lo olvidas, sigue viviendo en tí
Si, sigue viviendo en mi su recuerdo, la huella que su realidad grabó sobre mi sentimiento, pero todos sabemos que segundo a segundo esas huellas necesariamente van disolviéndose en el tiempo. De una realidad carnal van convirtiéndose en abstracto recuerdo.
JB
El tiempo disolverá poco a poco el recuerdo de esos amigos de la playa. Las flores ya siempre están secas, cuentas.
Yo paso a menudo por un puente con un barranco a un lado, por el que cayó y se mató un adolescente con su motocicleta, único hijo, llorado hijo. Hace ya 7 u 8 años. Sigue habiendo SIEMPRE, pases cuando pases, flores frescas recién cortadas.
Hay cariños y recuerdos que el tiempo jamás diluye. Ni un ápice.
El amor y el cariño, es la droga mas fuerte que tiene el ser humano. El recuerdo y las sensaciones vividas enriquecen el alma. A veces me pregunto como se puede vivir con Alzheimer, sin presente, sin pasado, sin futuro....
Hola Juan.
Soy Rosa, alumna tuya de Investigación Criminológica. He leído este post y quería decirte que yo también paso el verano en Los Urrutias desde hace años y que viví muy de cerca la tragedia que se llevó la vida de Fran aquella tarde de agosto, hace ya unos cuantos años. Era vecino mío y desde el momento del atropello hasta altas horas de la noche, podía escuchar desde mi casa los gritos y sollozos desgarradores de su madre. Sus amigos, los que firman la nota que cuelga del stop, conforman el grupo de jóvenes alegres y despreocupados, que cada tarde de verano pasan las horas tirados en la arena, muy próximos a donde suelo ponerme yo. Sin duda, llevan el suceso clavado, y al menos permanecerá en ellos el recuerdo de un buen amigo, al que arrebataron la vida inesperadamente aquella tarde de verano.
Un abrazo Juan. Nos vemos pronto en clase.
A veces agradeces no tener sitios concretos que te recuerden la muerte de quien quieres, y así recuerda más su vida, la vuestra. Yo no he vuelto al cementerio a dejarle flores a mi cuñado, y me acuerdo todos los días de él, pero lo bueno, no la fase hospitalaria que fue calvario, como lo debió ser ese stop...claro,que yo no soy su madre, que sí necesita llevarle flores...
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