13 junio 2009

LA BUGANVILIA


Anoche leía -y compartía- esta frase de Tomás Segovia: "Si mi obra no me sobrepasa, sólo podrá repetirme, como los hijos tontos que hacen la felicidad de sus padres tontos. Por eso mi obra tiene que acabar por no hacer mi felicidad, tiene que acabar por no gustarme." (El Tiempo en los brazos)
Pero esta mañana, al levantarme a las siete y media y asomarme al jardín lo primero que he visto ha sido la buganvilia en flor junto al ciprés y al fondo las palmeras, todo iluminado por ese primer sol de la mañana. Y me he acordado de Tomás, de su felicidad y su gusto, y he pensado: ¿Existe la felicidad y el gusto en la obra divina? ¿la obra divina y la humana son la misma obra?, y si lo son, ¿importan la felicidad y el gusto del creador sobre su obra? ¿no irá la obra, una vez creada, a formar parte del eterno paraiso terrenal, siempre virgen, siempre dispuesto a ser descubierto y hollado?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Levantarte a las siete y media,que madrugador,claro que tiene que ser mejor asomarte al jardin con todo en flor,que ver los bloques de cemento de una tapia.¿Que si existe la felicidad,en la obra divina?.Creo que si,pero a veces nos dedicamos a estropear,toda la creacion maravillosa.

Anónimo dijo...

Que jardin tienes tan bonito.
Soledad

Anónimo dijo...

Eres un privilegiado teniendo esas vistas cuando te asomas a la puerta de tu casa, la mia es una vista mas común...!edificios,ruidos,contaminación!
No me extraña que te levantes con tan buen "talante".Un saludo(la amiga de Soledad)

Marian Ch dijo...

¿Ese malestar con una misma, ese continuo desasosiego entre el ser como crees que debes ser y ser una más, será el intentar ser mejor o menos tonta?
No sé si obra divina, pero agradezco a esos seres que hace tiempo hicieron esa composición en tu jardín, quizás eran manos rudas con una mente sensible. Quizás ya hayan muerto pero tuvieron la delicadeza de pensar en unos ojos que años después miraran aquello que dejaban en la tierra.
Oye! Que buen anochecer y que maravilloso despertar.