Unos metros más allá del saltamontes me encuentro esta especie de pez diminuto y prehistórico. Cuando me agacho para fotografiarlo y cogerlo veo que no es lo que parece: se trata de una piña de pino comida por las ardillas. Aún así, la recojo y me la guardo. La mañana estaba siendo generosa conmigo y no era cuestión de contradecirla.
7 comentarios:
Eso MacGyver, tú guárdala, nunca se sabe cuando te va a hacer falta una piña roída....
Carmencica...
¡Joder!
¡Qué malas se están poniendo las cabezas!
El próximo paso es ponerse a chupar candados.
ANÓNIMO
Las cabezas no se están poniendo, están ya puestas. Y ojalá lo próximp fuese chupar candados, hay cosas peores. Las verás/emos.
Ten cuidado, con tanto mirar para abajo, que te veo incrustado en algún árbol o cayendo por algún terraplén.
¡Me has sorprendido con la canción! Es cierto,... ¡yo creo que estas improvisaciones y/o poesías cantadas te pegan, abuelillo!
Yo si me encuentro este tesoro,tambien me lo guardo.Te puede dar mucho juego,me pongo a pensar y le encuentro un monton de aplicaciones todas buenisimas.
Como por ejemplo, para el entiero de la sardina del próximo año.
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