28 abril 2010


Unos metros más allá del saltamontes me encuentro esta especie de pez diminuto y prehistórico. Cuando me agacho para fotografiarlo y cogerlo veo que no es lo que parece: se trata de una piña de pino comida por las ardillas. Aún así, la recojo y me la guardo. La mañana estaba siendo generosa conmigo y no era cuestión de contradecirla.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso MacGyver, tú guárdala, nunca se sabe cuando te va a hacer falta una piña roída....


Carmencica...

Anónimo dijo...

¡Joder!

¡Qué malas se están poniendo las cabezas!

El próximo paso es ponerse a chupar candados.

ANÓNIMO

Juan Ballester dijo...

Las cabezas no se están poniendo, están ya puestas. Y ojalá lo próximp fuese chupar candados, hay cosas peores. Las verás/emos.

Marian Ch dijo...

Ten cuidado, con tanto mirar para abajo, que te veo incrustado en algún árbol o cayendo por algún terraplén.

Marian Ch dijo...

¡Me has sorprendido con la canción! Es cierto,... ¡yo creo que estas improvisaciones y/o poesías cantadas te pegan, abuelillo!

TOÑI dijo...

Yo si me encuentro este tesoro,tambien me lo guardo.Te puede dar mucho juego,me pongo a pensar y le encuentro un monton de aplicaciones todas buenisimas.

Anónimo dijo...

Como por ejemplo, para el entiero de la sardina del próximo año.