Al llegar la vi; recorría toda la lápida de un sitio a otro, sin salirse del espacio que había encontrado, como si estuviese haciendo una ronda de vigilancia. Y yo que iba allí, de nuevo, a concentarme en su recuerdo, no pude hacerlo y me fui pensando en la insignificancia de la vida frente a la grandeza de la nada, en la pobreza de los recuerdos frente al inevitable y definitivo olvido.
1 comentario:
Hoy solo es dia para el presente,FELICIDADES PILUCA.
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