01 octubre 2010


Marían Bensaada -a la izquierda- con sus amigas y vecinas Soumía y Uisal, frente a la mezquita de cartón que me regaló Miloud Karim.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡QUE PRECIOSIDAD!
Esas miradas, esos gestos... me recuerdan al niño que seguimos llevando dentro.

Anónimo dijo...

Viven casi como mueren, con lo justo, sin enredos superfluos. Ves estos niños y disfrutan contemplando la bellaza que tienen delante, valoran, conviven con lo artesano.Quizás añoran lo que no tienen, o quizás no. Los de aquí, si los dejas con algo así delante de ellos lo mas probable es que lo chafen sin misericordia y digan,... me aburro. Seguro que añoran lo que no tienen y desprecian lo de su alrededor. Los culpables somos siempre los padres.

Jose.