02 enero 2011


Pasé varias veces por delante de ella y la miraba pero no la veía. De pronto, una luz determinada que entraba por la ventana -¿o era una luz de mi interior?- hizo que me fijase de otra forma y finalmente la viese. Ahora sí, ahora cada rincón, cada textura, cada color, cada distancia dentro de ese artificioso recinto adquirían un sentido. ¿Nos mirarán otros ojos, sin vernos, en nuestro propio recinto?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

FELICIDADES KATY!
:)


UN BESAZO!
OS ECHAMOS DE MENOS!

LUCÍA Y JOAQUÍN!

Anónimo dijo...

Si has sido capaz de ver cada rincón, cada textura, cada color... encontrando su sentido, has dejado de "ver" para pasar a "mirar" y es que esto último entiendo que sobrepasa lo superficial para adentrarse en lo profundo. Cualquiera puede ver pero mirar es privilegio de unos pocos

Anónimo dijo...

Un feliz año para todos los usuarios de este blog, desde Mazarron, y especialmente para ti Juan.

Juan Ballester dijo...

Gracias, amigo/a

Juan

Marian Ch dijo...

En mi caso y en el tuyo, puede que no suceda ésto... ¿A veces sí? ¿Y al otro? ¿Lo dejamos de mirar? ¿es un alga? ¿una palmera de plástico? ¿agua que atravesamos nadando torpemente?

¡Oye! Pues felicidades para Katy: ¡Zorionak!