05 febrero 2011


Ayer por la tarde en la plaza Hernández Amores (Plaza de la Cruz), en el primer edificio que hay al comenzar la calle Trapería, en un escaparate podía leerse: "Muñecos con olor a chocolate", y todo estaba lleno de niños negros que por su color y olor incitan a comérselos. Parece una broma, pero estas son las actitudes que conducen más claramente al racismo. ¿Qué pensaríamos si viéramos en Gana un escaparate lleno de muñecos blancos y un cartel que dijera: "Muñecos con olor a vainilla". Lamentable, pero sucede.

2 comentarios:

TOÑI dijo...

Creo que no,yo no lo veo como actitud de racismo,veo una mala publicidad.A mis hijas yo les compraba muñecos negros(tipo nenucos)y para nada ni ellas ni yo,pensamos en muñecos para comer,ni tratarlos de distinta manera.Sinceramente yo miro el escaparate y solo veo unas muñecas graciosas,pero si queremos encontramos malda en casi todo.Un abrazo

Isabel Martínez Llorente dijo...

También a mí me parece lamentable, y aún más: si se observa detenidamente es un regalo por el día del santo Valentino. Casi me causa estupor. No es sólo (yo sigo poniéndole la tilde) que uno "celebre" un día comercial -como otras muchas tradiciones que han acabado convirtiéndose en pasto de grandes almacenes-, sino que además "los enamorados" pueden hacerlo devorando niños negros. ¿El mundo se ha vuelto loco? No es publicidad engañosa, no es llamativo, no es curioso, no es inocente: ES UN DISPARATE (MÁS).