Se llama Said, tiene 33 años y es natural de Guersif, Marruecos. Ha trabajado 10 años en la agricultura del Campo de Cartagena pero en la actualidad se encuentra en paro. Ayer por la mañana estaba pescando al final de la Llana, en San Pedro del Pinatar. Cuando le dijimos que era muy raro ver a un árabe calvo nos dijo que era por su abuelo y que tenía los ojos achinados porque su padre fue actor, y que cuando su madre estaba embarazada de él, al ver una película bélica en la que su marido hacía de extra japonés, le impresionó tanto que ahora él también tiene los ojos achinados. Muy simpático, la verdad.
3 comentarios:
Hace más de veinte años (era yo muy jovencica), en un viaje en solitario en tren hacia Alemania, en la estación de Hendaya, tres marroquies se empeñaron en acogerme bajo su protección y a pesar de mis temores consiguieron que me acercara y viajara a su lado. Me llamó la atención sus diversas fisonomías: uno blanco casi albino, otro negro y otro el típico que yo tenía en mente de pelo y tez algo morena. Me quité un cliché de la cabeza. Ahora veo uno achinado. Me encanta su explicación.
Lo raro es ver uno con gafas.
¿Con ga...qué?
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