08 octubre 2011


Llegó al medio día y dejó la mochila con sus cosas encima de la cama en la que iba a dormir; después se fue a la universidad y por la noche salió con Luis a tomar un helado. Debió volver más tarde de las doce y media, porque no la oí entrar, pero ahora duerme en el cuarto de Gonzalo. Ayer por la tarde, cada vez que veía su mochila encima de la cama, sentía muchísima ternura y cierta tristeza. La vida se le ha puesto en contra desde muy pronto -demasiado pronto-, y por desgracia muy poca gente podría ayudarla en estos momentos. Sin embargo, aún con esa orfandad que la acosa y con esos problemas de soledad, ella sabe que tiene muy cerca a otros damnificados por el mismo dolor. Lucía, era tu madre tanto y tanto, que a todos los que la queríamos nos dejó con una mochila al hombro, cada cual con la suya, cada cual con su orfandad a cuestas. El mundo cambia, mas nuestra historia quedará.




Quel flor qu'tita murcha
quel crianca qu'tita tchora
quel nuvem qu'tita passa
'E sodade...
'E tristeza...

'E lembranca di nha infancia
'E fantasia daquel mesa
recheode de cosa sabe
pa consola nha fraqueza (Bis)

Esa flor que se marchita
ese niño que está llorando
esa nube que va pasando
es nostalgia, es tristeza.

Es el recuerdo de mi infancia
la fantasía de aquella mesa
llena de cosas buenas
para consolar mi pobreza


'E lembranca di nha infancia
'E fantasia daquel mesa
recheode de cosa sabe
pa consola nha fraqueza

Mundo ta muda
ma nha estoria ta f'ca (Bis)

El mundo cambia,
mas mi historia se quedará.


El mundo, el mundo,
mi historia se quedará.


'E lembranca di nha infancia
'E fantasia daquel mesa
recheode de cosa sabe
pa consola nha fraqueza

El mundo cambia
mas mi historia se quedará.


Mundo ta muda
ma nha estoria ta f'ca

El mundo cambia
mas mi historia se quedará.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Haceis con ella lo que os gustaría que hicieran con vosotros, le dais vuestra casa personal y material cuando la necesita. Dijisteis que estaríais ahí y ahí estais, cuando lo requiera y sin condición. Como hacen unos padres de verdad. Como hacía Luci.

Jose

Anónimo dijo...

Juan, no mires la parte triste de todas las cosas, en esa mochila hay alegría y esperanza, si no no estaría encima de la cama de Gonzalo,hay fuerza, valor y ganas de vivir la vida desde otro lado.Acompáñala con la alegría que tú sabes.Un beso Lucía.
Mónica B.

Anónimo dijo...

Por eso, por que sé que tengo a gente que pasa por lo mismo que yo, dije que la soledad no existía. No para mi.

Muchas gracias a todos. Sin cada uno de vosotros, con esa pizca de compañía, vivo feliz.


Lucía.