16 junio 2012

Para la inmensa mayoría de los padres allí presentes esa primera actuación de sus hijos resultaba una maravilla, una gracia más de las infinitas que les va a proporcionar ese ser nacido a su imagen y semejanza. Para algunos otros -entre los que me encuentro- esa primera "actuación" de seres inocentes y puros no era más que la patética pantomima con la que unos, ya domados, se alegran de ver los avances en la doma de sus iguales. Bienaventurados los rebeldes de corazón, porque ellos nos harán libres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Ellos ya serán libres....!
¡PRECIOSA LA FOTOGRAFÍA!