Sobre las diez y cuarto de la mañana este hombre pide una infusión y enciende su cigarro mientras parece esperar nervioso a alguien.
En la mesa de al lado, un grupo de chicas, al parecer trabajadoras de alguna empresa cercana, hablablan entre ellas mientras desayunan: ¡¡Es que me tiene hasta el coño!!, dice una medio gritando mientras la otra le contesta, refiriéndose a algún cuadrante de trabajo: Yo le dije, ¿lo de los cuadraditos, te lo mandamos para que te limpies el ojete?
Mientras las empleadas terminaban sus tostadas y yo les tomaba a escondidas una foto, el hombre solitario recibía a una persona, pero no se hablaban, como si fuesen espías. Aguanté mi cortado unos veinte minutos más, disimulando con el móvil, por si se pasaban droga o las empleadas pergeñaban un atentado contra su jefe. Pero nada, una mata que no ha echado.
4 comentarios:
Historias de cada día
No hay proximidad entre ellos,no hay cercanía ahora. Se miran desde la distancia, cuanta mas mejor. No hay confianza, se sientan uno frente a otro, cuando las sillas estaban una junto a la otra.
Jose
Buenos días.
Se te nota el instinto de la profesión.
ANÓNIMO
Espero que en la asignatura de fotografía nos transmitas el arte de realizar fotos sin que se de cuenta la gente... que como dice el anónimo de arriba, lo llevas en la sangre.
J.P.
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