04 diciembre 2012

Pues sí, la Ana se nos casa, y por los gustos que aparenta y lo feliz que parece seguramente visitará en viaje de novios Disneyland y después algún hotel de Cancun. También seguramente, para dentro de tres años la Ana ya tendrá su parejita y el pisito amueblado con todos los electrodomésticos que tienen sus padres y sus suegros. Un poco más tarde -sólo un poco-, la estarán enterrando los hijos de su hija en el panteón de sus suegros, donde desde hace veinte años se encuentra también enterrado su marido. Y en tan sólo unos pocos segundos cósmicos más, el universo se habrá tragado la galaxia del sistema solar en donde como un instante inmedible centelleó un mundo en cuya cienbillonésima de segundo la Ana nos anunciaba su feliz matrimonio.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Contado asi todo resulta absurdo
Espero que Ana no lo lea

Anónimo dijo...

Ana es tu vecina, y Oliver hizo un video para su boda! Jajaja

Anónimo dijo...

Ahhhh, y tbién es la cuñada de mi primo Pablo!!


Soy Lucía, este comentario, y el anterior!

Anónimo dijo...

Pues si, Juan, es un misterio que todo lo que consideramos importante en la vida no represente absolutamente nada en otra dimensión.

V.