Estos dos niños son los dos mayores de seis hermanos, hijos todos de una dominicana de veinticuatro años. La barraca del fondo es su casa. Viven en Cambita Garabito, a treinta o cuarenta escasos kilómetros del centro de Santo Domingo y no tienen ni agua, ni luz, ni casi comida, la ropa es escasa o nula y la tristeza en sus miradas la llevan de nacimiento. La niña, la mayor de los seis hermanos, hace de vez en cuando unos gestos extraños, compulsivos, y desde luego no conseguimos hacerles sonreír ni una sola vez. Vale, quizá esta descontextualización suene a demagogia, acaso sea normal encontrarse con esta pobreza cuando uno se dedica a viajar buscando, pero en esta ocasión me resisto a excusarme, en esta ocasión debo reconocer que vivo en una sociedad injusta, deshumanizada y por todo ello me considero culpable en la medida que me toque: no hay excusas, no hay razones, no podemos ni debemos dormir tranquilos mientras esos niños no sean como el resto de niños. Hoy seguramente seguiré con mi vida normal, pero os juro que mi conciencia ya sabe de mi cobardía.
12 comentarios:
Mas razón que un santo.......oiga
Lo peor de eso es que no somos omnipotentes para solucionarlo de un plumazo, pero es cierto que se pone muy mal estómago viendolo.
No hace falta irse tan lejos para darse cuenta de la injusticia y sentirse uno culpable. Sin salir de aquí ya nos lo encontramos cada día.Y qué hacemos?
Pues reconocerlo ya es bastante. A partir de ahí, cada cual que haga lo que esté dispuesto a hacer.
Eso es una justificacion pero si calma la conciencia le habra servido.
Una fotografia exponiendolos y unas lineas desde luego no pueden ser bastante
llevas razón, no es bastante, pero menos es el silencio, o mirar para otro lado. Al menos me reconozco cobarde, es decir, culpable. Desde ahí ya es más fácil empezar ¿no?
Esa fotografía y su lectura no se dirigen hacia el exterior, son una mirada interna.
¿Qué puedo hacer por esos niños?. ¡Nada y mucho!. Nada si pretendo cubrir sus necesidades físicas, y mucho si en el intercambio de miradas soy capaz de encontrar el verdadero significado de la falta de sonrisa.
¿Nos podemos preguntar si somos capaces de prestar atención a las miradas de los que nos rodean con la misma compasión que lo hacemos con esos niños?. Ellos en su mirada te están ayudando a que entiendas sus verdaderas carencias que son el abrazo, el respeto, la aceptación.
¡Paradojas de la vida!.
Siempre se puede hacer algo, cada uno desde sus posibilidades que no siempre son economicas
Elijo la fotografia, tiene menos impostura que tu discurso
Me he equivocado, lo siento, no volverá a pasar.
Un impostor JUANCARLISTA
No nos equivocamos....¡No te disculpes!. Simplemente sientes y piensas de forma distinta a millones de anónimos.
¿No volverá a pasar .....¿qué?...
¡Por favor, mira tu orgullo!.
Mira hacia dentro no a la valoración externa.
¡ES TU BLOG, ES TU ESENCIA!
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