20 febrero 2013

Tuve que parar la moto en mitad de la autovía para tomar esta foto, una foto que aparentemente solo era por el color, pero en la que intuía que por detrás de su apariencia existían también unas sensaciones personales: ese neón de azul intenso sobre la amarillenta palidez del ocaso, unas pequeñas nubes a lo lejos que ascendían como volutas de cigarrillo paterno, el frescor de la noche y la alegría de sentirme vivo aún, la vuelta a casa en la que se oía "Tú eres mi destino" de los Cinco Latinos, el eterno pasado...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Estás vivo y eso lo contagias!
¡Gracias por tus presentes, por tu presencia!

Anónimo dijo...

excelente foto