Es una hora -y sobre todo una luz-, más propicia para la introspección, es un momento del día en el que si por un lado te empequeñeces ante tanta relatividad, por otro te elevas debido también a esa misma relatividad; es el frágil momento de la indefinición, se va la luz pero llegan las sombras; es un momento en el que tu ser indefinido se acomoda en un tránsito, como en un viaje; es lo intangible, acaso uno de los instantes más profundos de la vida en su mayor desnudez, la de dentro y la de fuera.
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