17 mayo 2013

Al salir de Comisaría lo vi entrar; y sería la última vez, porque al día siguiente moriría en el único atentado terrorista cometido en Murcia. Patrullaba por la ciudad de madrugada cuando se recibió en la sala del 091 una llamada anónima advirtiendo de la colocación de un coche con explosivos en la calle "Cronista Diego  Rodríguez de Almela". Por lo extraño de que fuese cierto, o por el motivo que fuere, Ángel se acercó al vehículo con una linterna para observar su interior, momento en el que los terroristas hicieron explotar la bomba con algún mando a distancia. Contaba el otro policía que lo acompañaba que tras la explosión y junto a la tapia de enfrente, apareció el cuerpo mutilado de su compañero aún moviéndose en el suelo. Era la madrugada del día 10 de febrero de 1992. Hace un par de días, caminando por ese lugar, pasé por delante de la placa que le colocaron en su recuerdo justo delante de donde apareció su cuerpo tras la explosión. Qué misterio es la vida, pero cuán insondables son sus huellas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo sin temor a equivocarme que en Cartagena también estuvieron los muchachos de la víbora haciendo de las suyas...

Anónimo dijo...

Nunca podemos olvidar,seria una injusticia y una ofensa para nuestros muertos.