01 julio 2013

Vivir en la calle Amargura no es lo mismo que hacerlo en Queipo de Llano o en Dolores Ibarruri. Aparte de la belleza y sonoridad del nombre, vivir en la Amargura es ya, de entrada, como una especie de inmunidad: si uno circula a diario por ese lugar ya sabe algo sobre la vida; a partir de ahí todo serán paseos triunfales. Ahora, si sales de la calle Manuel Fraga o de Primero de Mayo, tarde o temprano tendrás que pasar por la Amargura para llegar al único lugar posible. 

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