A partir de las doce de la noche los empalados de Valverde de La Vera comienzan a cumplir con sus rito de penitencia recorriendo una a una todas las estaciones del pueblo. Y aunque todo está ya muy epectacularizado, cuando les tapan la cara con un velo y colocan sobre su frente una corona de espinas, los sentimientos ancestrales reaparecen por encima de todo y de todos.
2 comentarios:
Ya. Buenas noches
Buenos días.
Qué horror.
Publicar un comentario