30 marzo 2018

Cuando tomé esta imagen -según consta en sus metadatos- eran las diez menos cuarto del día diecinueve de noviembre del año pasado. Sobre las hojas de aquellos tréboles aparecía la escarcha y sus vidas, aunque breves, eran plenas y vigorosas. Hoy ya no queda nada de aquella intensa vida, aunque a través de mi imagen aún perdure lo que fue su realidad. Entonces Salsabila, ¿qué soberbia viste el hombre para sentirse destinatario de la vida eterna?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.

¿Será que el hombre no es tan sabio como se cree?