Si son unos simples rayajos es casi un acto de vandalismo, pero si esos mismos rayajos alguien los firma -y los explica- valen cientos de millones. Algún paleto soberbio, venido a más, pica, ¡¡vamos que si pica!!, sobre todo si un galerista y sus medios afines le cuentan el cuento.
1 comentario:
Buenos días.
Amén.
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