24 septiembre 2019

Nunca podré olvidar el tic tac de los relojes de cuerda por toda la casa, el olor a óleo y trementina, la luz de la Plaza de Zarandona atravesando los cristales del salón, la música de Jimmy Smith saliendo del gramófono al fondo del estudio, la suave voz de mi tía Monic llamándonos, sus gatos, aquel mundo tan especial..., mis sueños. (Foto del salón de la casa del pintor Mariano Ballester, muy poco tiempo después de su muerte en 1981).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenos días.