Claro, tiene que ser ella la que me da esta segunda oportunidad y me hace ver los más ligeros detalles de la vida como si fuesen escalones gigantes, la que ha conseguido que me emocione simplemente sabiendo que llevo el camino para recogerla de la guardería. Y porque sé que esta experiencia es un extra que me ha dado el destino, así lo vivo y por eso lo cuento.