Mientras esperaba a un compañero de las clases en Criminología, he estado observando a esta chica que miraba el tablón de anuncios en La Merced y no paraba de llamar por teléfono, seguramente buscando piso para alojarse. Junto a la luz de la puerta del claustro, con esas calzas, los pantalones ceñidos, el pelo largo y suelto... aparentaba muchísimo, quizá poniendo, sin darse cuenta, un listón excesivamente alto a la hora de ser juzgada en su desnudez -de alma-, o quizá no.. Pues eso, divagaciones de un solitario con TDAH.